La sociedad bajo la Democracia Directa Digital

La sociedad bajo la Democracia Directa Digital

Una reflexión para todos los que defendemos la democracia digital directa es la utilidad que conlleva o incluso la posibilidad de que se convierta en un arma de doble filo.

La D3 (democracia digital directa) no implica tener una determinada doctrina política, carece ideario y es más, se le podría etiquetar de apolítico. La única bandera que puede blandir (en mi opinión) es que todos los seres humanos somos iguales y por ello, debemos ejercer el poder de decisión como tal. Es por esto que no creo que lograr la D3 implique por sí mismo una mejora en la sociedad. Es una visión pesimista, pero es la mejor forma de afrontar el futuro y la más sincera.

En una hipotética sociedad futura en la cuál hayamos alcanzado este sistema será la población la auténtica protagonista. Ya no valdrá poner sobre las espaldas de determinados personajes la culpabilidad que nos correspondía a todos. Ya no nos servirá aliviar nuestra conciencia hablando de lo malos que eran Hitler, Stalin, Mussollini, Bush….etc ahora seremos nosotros los auténticos responsables. ¿Seremos capaces de provocar una guerra? ¿o de esclavizar a otro pueblo?

Es la hora de conocer de verdad al ser humano, tendremos respuesta a la gran pregunta filosófica de: ¿el ser humano nace bueno, como defiende Rousseau, o por el contrario, es egoista por naturaleza, como afirma Hobbes? ¿debemos defendernos de nosotros mismos? O ¿somos la única vía para alcanzar la felicidad? ¿Preferiremos cambiar nuestra vida, perder en determinadas condiciones para él bien de otros?

Las personas somos seres sociales y es por ello, que nuestra conducta depende de nuestra educación y circunstancias personales, es en este punto dónde debemos actuar, debemos trabajar con empeño en que este nuevo paradigma funcione. Tenemos la responsabilidad de hacer un nuevo ciudadano, un ciudadano mejor formado en todos los aspectos que nos afecta, un ciudadano que sea capaz de elegir lo mejor para él mismo y para todos. Que no se deje amedrentar por los miedos, ni por los discursos populistas y engañosos que un buen charlatán les pueda conceder.

Lograr una nueva sociedad donde los ciudadanos sean independientes y objetivos para tomar sus propias decisiones. Desenmascarar a los medios de comunicación y la manipulación que ejercen sobre las masas, transformar esta sociedad de consumo y competitividad, es la empresa más difícil a la que nos podemos enfrentar. Es como viajar a los adentros de África, a una tribu ancestral para a sus habitantes hacerles entender que no existe el Dios que veneran y que sus rituales son inútiles.

Las élites financieras bajo el poder de las corporaciones no cesarán en la dominación ciudadana, y aunque logremos acabar con este actual sistema político que es el vehículo conductor de las élites financieras, las corporaciones se transformaran para conseguir dominar a las masas. Los medios de comunicación seguirán presentes, siendo herramientas del poder económico.

Es cierto que una sociedad más justa no se consigue sólo cambiando el sistema político, es indispensable transformar el sistema económico y continuar la lucha en todos los frentes necesarios, pero el primer paso para mejorar la sociedad es dar la voz al pueblo.

Sobre el Autor