Jun es un pueblo situado a 5 km de Granada. Cada uno de los 3.105 habitantes que pueblan Jun lleva un teléfono celular y cada teléfono incluye el certificado digital que concede la Fábrica Española de Moneda y Timbre para legitimar operaciones a distancia. Los habitantes de Jun gozan desde 1999 de un sistema de alertas por SMS que permitió al Ayuntamiento comprometerse a reparar en 48 horas cualquier desperfecto que un vecino encontrase en la calle y del que diese aviso. Una media de 315 habitantes asisten y participan en los plenos del Ayuntamiento sentados frente al ordenador de su casa o con el móvil gracias a una cámara instalada en el Consistorio y al invento de su alcalde conocido como Teledemocracia Activa, término que ya incorpora el Tratado de Helsinki.(Información extraída de Público, 8-10-2007).
La red o nube de acceso a Internet sin cables (con tecnología WiFi) que envuelve al pueblo no se ha encontrado por el momento con las trabas que la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) pone a los ayuntamientos en su cruzada contra las redes financiadas con dinero público.
En otros casos el regulador, lejos de verlo como un medio de desarrollo de la Sociedad de la Información, lo considera competencia desleal con los operadores privados e incluso ha abierto expedientes por no contar con la licencia adecuada. Es el caso de Atarfe, que se encuentra también en Granada, y Ponteareas, en Pontevedra.
Internet como derecho universal
Haciendo eslogan de la inocencia que los más críticos le atribuyen, Jun eligió un 28 de diciembre de 1998 para declarar en el Pleno del Ayuntamiento que Internet es un derecho universal para sus habitantes. Ese es el motivo que dan para que Nostracom, una empresa de capital mitad irlandés mitad granadino, haya podido desplegar su red de WiFi en pruebas para uso gratuito de sus vecinos.
Pero hay otros motivos para que ni empresas ni administraciones se enfrenten a Jun. Uno obvio es el tamaño. El negocio que se puede perder en Jun no es el de Barcelona. Telefónica ha pedido que las inversiones públicas en redes de acceso a Internet se limiten a los sitios donde a las empresas privadas no les sea rentable.
El segundo gran motivo es que Jun es el perfecto aliado de fabricantes y operadoras. Cuando se habla de los temores de otros ayuntamientos por las emisiones radioléctricas de las antenas de telefonía móvil, el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez Salas, no se cansa de explicar que la fórmula para reducir dichas emisiones está en contar con «muchas antenas que tengan una proporción de señal adecuada con la mínima potencia, de forma que la cobertura sea tan buena que el teléfono móvil emita menos. Lo peligroso es que exista poca cobertura constantemente, porque el teléfono termina por calentar el oído al emitir con toda la potencia permitida» (2 watios).
Es un pueblo sin prejuicios tecnológicos. Las principales compañías españolas y algunas multinacionales están destinando presupuestos de sus proyectos de innovación a la pequeña población granadina.
Iberdrola cogió los 20 millones de euros que tenía destinados a su primer proyecto de viviendas bioclimáticas y los convirtió en casas pareadas con cubierta ecológica; placas solares térmicas; sistemas de almacenamiento de energía y distribuidores de calor en Jun. La eléctrica acaba de terminar la construcción y está a punto de entregar las 25 viviendas.
Dicen en Iberdrola Inmobiliaria que estas casas permiten un ahorro del cien por cien en climatización y el 37% en calefacción respecto a las convencionales. En dinero, añaden, ese ahorro puede llegar a un tercio de la factura de gas y electricidad. Ya tienen proyectadas otras 500 después de probarlas en Jun.
Sólo el 0,6% del presupuesto municipal
En el municipio «tenemos dedicado el 0,6% del presupuesto» a nuevas tecnologías, asegura Rodríguez Salas. El resto lo ponen compañías.
Telefónica y Google llegaron hace unos meses a un acuerdo con el Ayuntamiento para suministrar a sus ciudadanos teléfonos móviles con tecnología HSDPA (permite conectarse a Internet a velocidades que actualmente alcanzan los 3,6 Megas).
Jun introdujo en 1999 un sistema de alertas por SMS que permitió al Ayuntamiento comprometerse a reparar en 48 horas cualquier desperfecto que un vecino encontrase en la calle y del que diese aviso. Tres años después, en vista del éxito, incorporaron al sistema de alertas la localización por GPS de la zona del incidente.
Ahora quieren dar un paso más y están desarrollando con Google Maps un sistema de fotografías que posiciona el lugar para que sirvan de referencia a mantenimiento, Policía, emergencias, etc. Telefónica les ha mandado una decena de terminales Blackberry con GPS para que prueben el sistema. «Luego se verá cuántos nos regalan», comenta el alcalde de Jun.
En 2004, Sun Microsystems le dio a Jun licencia gratuita de todos sus productos. En el mismo día, el pueblo firmaba con la tecnológica española Indra un acuerdo que lo convertía en el municipio piloto para su dispositivo de voto electrónico. Jun votó de forma electrónica en las elecciones de 2004, con una participación del 60 %. Pero este tipo de votaciones no tiene aún validez legal. El alcalde dice que ya están preparados para el voto electrónico, «sólo falta la voluntad política».
Asistencia a los Plenos
El Ministerio de Industria, a través de Red.es, ha destinado parte de los presupuestos del Plan Avanza a extender a otros pueblos una de las ideas que forman desde hace años parte del día a día de Jun. Una media de 315 habitantes asisten y participan en los plenos del Ayuntamiento sentados frente al ordenador de su casa o con el móvil gracias a una cámara instalada en el Consistorio y al invento de su alcalde conocido como Teledemocracia Activa, término que ya incorpora el Tratado de Helsinki.
En junio de 2001 recibieron un centenar de terminales Nokia enviados por Telefónica para probar los plenos interactivos por videoconferencia. Aquellos terminales resultaron «especialmente interesantes porque utilizaban lenguaje Java, sin el que no se podría procesar la firma electrónica». Los vecinos participan en el llamado receso telemático.
El alcalde recuerda la oposición que recibió la propuesta de subida del agua. Tras ser debatida en Internet, fue aprobada por el 96% del pueblo.
PURO MARQUETING
La teledemocracia en Jun :¿realidad o falacia?
Es bien conocido que las dos preocupaciones fundamentales (¿únicas?) de nuestro Ayuntamiento parecen ser (1) que no quede un centímetro cuadrado de terreno municipal sin ser ocupado por una vivienda, más o menos inteligente, pero casi siempre desprovista de los servicios comunes más elementales, y (2) usar a Jun y los juneros como un laboratorio y unos conejillos de Indias, respectivamente, para unos experimentos más o menos aparatosos, muy “mediáticos”, pero de dudosa utilidad, sobre ciber- o teledemocracia.
IU nunca se ha opuesto a las nuevas tecnologías, entre otras cosas, porque no vive de espaldas a la realidad y considera que pueden, si se aplican con rigor y seriedad ser muy útiles. En lo que discrepamos con el actual equipo de gobierno municipal es en la prioridad que éste les adjudica en detrimento de otras necesidades más generales y de todos bien conocidas.
El uso/abuso de estos experimentos se hace bajo el pretexto de la instauración de una ”democracia participativa”, como si el modelo actualmente imperante en el resto del país, el de la “democracia representativa” no fuera suficiente para Jun. De nuevo, estamos de acuerdo en que una verdadera democracia participativa podría significar un avance importante hacia un verdadero gobierno del “pueblo por el pueblo”, pero lo que no creemos es que con tanto experimento se haya avanzado o se esté avanzando en ese sentido. Y no lo decimos nosotros solos, sino que creemos que es un sentimiento bastante generalizado entre los ciudadanos de Jun que miran con escepticismo, tanto experimento pionero y tanta “genialidad”. Pero es que, además, expertos en el tema que han visitado Jun y asistido a alguno de estos experimentos, en lugar de maravillarse, obtienen impresiones y escriben informes bastante contrarios al tono general de triunfalismo que trata de vender nuestro actual alcalde.
1) Sobre uno de los “pilares” de la teledemocracia: el envío de sugerencias/mensajes electrónicos a los plenos a través del portal de teledemocracia del Ayuntamiento:
Ramos y Carrracedo, de la Universidad Complutense de Madrid, presentaron al “II Congreso On-Line del Observatorio de la Cibersociedad” una comunicación con el título “Navegando por una metáfora. Redes y participación en el municipio de Jun” (ver texto completo en http://www.monografias.com/trabajos32/redes-participacion-municipio-jun/redes-participacion-municipio-jun.shtml).
He aquí, algunas conclusiones del mismo:
“… existen dudas sobre …si son tenidos en cuenta o no”; “… se echan en falta mecanismos telemáticos de seguridad que garanticen … la seguridad y privacidad del proceso…”; “…otro de los requisitos esenciales para hablar de democracia participativa, que es la existencia de una gran transparencia en las decisiones que se toman, no se cumple”.
“las cifras de personas que han hecho uso de estos mecanismos es escasa, 9-10%, mientras que la cifra de quienes lo hacen habitualmente es … de sólo un 2%”; “… el 70% de la población no conoce a nadie que haya hecho uso de este mecanismo”; “el mecanismo no cuenta con legitimidad suficiente dado que el índice de respuesta a los correos no suele ser muy amplio…”; “el porcentaje de correos no respondidos fue[en alguna ocasión] mayor del 70%”
“…transparencia…no queda claro el mecanismo por el que los correos son leídos en el pleno…”; “…se constata que es la persona del primer teniente de Alcalde (actual Alcalde, añadimos nosotros) quien…selecciona los correos que han de ser leídos… tras recibirlos personalmente en su correo electrónico … y presentarlos desde su propio portátil…”; “este mecanismo innovador de participación ciudadana pueda verse afectado por una ordenación partidista …lo que deviene en una merma de la potencialidad de dicha herramienta”.
“…la teledemocracia puede ser…interesante, pero cuando previamente a las consultas, sean democrático-participativas las formas de elaboración de las preguntas.”, “… en el caso de la localidad de Jun, el problema principal es que no existen dichas “consultas””.
2) Sobre la experiencia de voto electrónico (14 de marzo de 2004)
El Observatorio del Voto Electrónico (OVE), por medio de Barral i Esteve, de la Universidad de León, emite un Informe (2004, http://www.votobit.org/misiones/pruebas/informes.html)) sobre aquella experiencia.
– El citado Observatorio critica fuertemente, en otros escritos, el procedimiento que utiliza la empresa INDRA, la misma que participó en el experimento de Jun, hasta el punto de tener previsto dirigirse seriamente a la “Junta Electoral Central para invalidar a todos los efectos la prueba de voto por Internet” efectuada por la mencionada empresa con motivo del referéndum sobre la Constitución Europea, prueba que consideró “un rotundo fracaso”.
– Con respecto a la experiencia de Jun, el proceso, en el que participó apenas un 34 % del total de electores censados, resultó farragoso, entre otras cosas, por la necesidad de configurar previamente muchos de los ordenadores de casa para poder acceder al sistema o constatar que el sistema exigía un cierto nivel de alfabetización digital previo que, desgraciadamente, no todos los interesados en este sistema de votación tenía.
– El proceso presentaba pocas o nulas garantías de privacidad del voto (así, por ejemplo, en la “carpa” instalada al efecto, el personal técnico asesor, en su afán de ayudar a los votantes, tecleaba personalmente el código privado de los mismos que se lo pedían e incluso iban más allá; la “urna digital” fue cerrada por dicho personal técnico y no por los miembros de la Mesa Electoral que, al parecer, tampoco intervinieron en el traslado de los votos desde el servidor de votación al de recuento, una etapa crítica para garantizar la limpieza del proceso.
– Además, no se expidieron comprobantes de haber realizado el voto, el escrutinio se retrasó, cuando una de las principales ventajas de este sistema sería la inmediatez del mismo; como caso algo chusco cabría citar que uno de los miembros de la Mesa no fue reconocido por el “sistema”, etc., etc.
En definitiva, puestas así las cosas, la Junta de Andalucía, creemos que con buen criterio, ni siquiera consideró oportuno publicar los resultados desglosados por candidaturas, pese a disponer de ellos.
En palabras de los autores “… hemos querido en todo momento dejar constancia de que las infraestructuras de voto electrónico conviene tomárselas muy en serio y que necesitan, en todos los casos, de un sesudo escrutinio. Están en juego derechos y libertades (A. Yuste, OVE). En nuestra interpretación: más vale hacerlo bien aunque no seamos los primeros del mundo en hacerlo.
En resumen, pese al empeño de nuestro Ayuntamiento (o quizá sólo de nuestro Alcalde), ni la teledemocracia, tal como se practica en Jun, es garantía de democracia participativa (de hecho ni siquiera algo tan sencillo como tener en cuenta algunas de las numerosas mociones presentadas por la oposición que son rechazadas, e incluso despreciadas, por el simple hecho de venir de la oposición), ni, hoy por hoy, ni a corto plazo, disponemos de un sistema fiable de voto electrónico, algo que tardará en generalizarse más tiempo del que a nuestro Alcalde gustaría. Así que, mucho nos tememos, que éste tendrá que buscarse argumentos más sólidos para seguir siendo un “media superstar”.
Gracias por el amplio y detallado mensaje. Agradecemos que nos contéis en primera mano los fallos de los sistemas que se están experimentando en España y otros lugares.
En efecto estamos totalmente de acuerdo en que mucho de lo que se está ofreciendo como «e-Democracy» no es sino humo y no contribuye en nada a la auténtica democracia. Por eso nuestra propuesta, por eso la tecnología como una vía para la democracia pero no participativa, sino directa. La tecnología puede usarse de muchas maneras: tanto para el totalitarismo como para las pseudodemocracias actuales más o menos presuntamente participativas, como para la democracia directa donde el pueblo tenga el absoluto control de las decisiones públicas.