La situación revolucionaria en Venezuela, según Ricardo Chirinos

La situación revolucionaria en Venezuela, según Ricardo Chirinos

Ricardo Chirinos nos vuelve a contestar a nuestros interrogantes sobre los acontecimientos que se están produciendo actualmente en Venezuela. En este e-mail nos ilustra de forma concisa la revolución venezolana y la figura de Hugo Chávez.

(…) podría decirse que lo que realmente se ha introducido en el “sentido común de la sociedad española” –gracias al éxito de neoliberalismo-, es una concepción de la política donde ésta ha perdido prácticamente su tradicional disposición estratégica como sistema de representaciones. Ante la ausencia de un referente social de definición clásica (un pueblo, una clase, un proletariado, unas condiciones objetivas, etc.) no se percibe en España –así como en toda Europa- una efectiva estrategia política que pueda darle fuerza a unos signos políticos eficaces (revolución, cambio social, participación, democracia directa, etc). El único referente que parece funcionar hoy, es el de la “mayoría silenciosa”, parafraseado un poco a Baudrillard.

Sin embargo, si bien es cierto que “en España los sindicatos están vendidos al Estado” y, que “El PSOE ha hecho recortes en el gasto público, pensiones, sueldos de funcionarios…..y no pasa nada”; en el imaginario social, las masas suelen flotar en alguna parte entre la pasividad y la espontaneidad salvaje, llevando siempre dentro de sí una energía potencial, un stock de energía social, que hoy puede ser un referente mudo, pero que mañana puede convertirse en protagonista de la historia.

Ciertamente, pareciera ser, que las masas no tienen hoy ninguna historia que escribir, ninguna energía que liberar, ningún deseo que cumplir en España. Expurgadas, como diría Baudrillard, de la dimensión política, dependen hoy, como cualquier otra mercancía, de la producción y el consumo masivo (mass-media, elecciones, encuestas, sondeos). Todo destello de lo político ha desaparecido en ellas, quedando solamente la ficción de un universo político que algunos llaman: sociedad civil. Un universo político, ciertamente, mistificado, pero que de tanto en tanto, manifiestan una espontaneidad “revolucionaria” por la que entrevén la “racionalidad” de sus propios deseos. Por lo que no perdamos la fe en que algún día abandonen su silencio y su apatía. No perdamos la fe en que algún día “esa masa dormida despierte y tome conciencia social”

Por otro lado, -y aquí paso a responder a tus preguntas- si entendemos al socialismo como la emancipación de las diversas formas de enajenación humana, es decir, la vuelta del hombre a sí mismo, a su autorrealización con la naturaleza y los demás hombres. Si lo entendemos, como una forma de autorrealización donde la “humanidad” en el hombre no puede convertirse ni siquiera en un medio para su existencia individual –así, lo entendía Marx-. Es claro, que no podrá hablarse de socialismo allí donde el hombre sea un medio para el Estado, la clase, la nación, o el líder. Por eso, nada más incongruente con el socialismo que el “culto a la personalidad” o la llamada “idolatría cesarista”. Pues una verdadera comprensión de las ideas planteadas por Marx en relación al socialismo, implicará siempre una absoluta negación a toda forma de elitismo revolucionario, que ha dado lugar siempre a esas trágicas experiencias de personalización del poder, como la de Stalin, por ejemplo.

Sin embargo, no confundamos la crítica radical al “culto a la personalidad” con el rechazo al liderazgo reconocido por una base social y política de apoyo; eso que algunos llaman “liderazgo carismático”, y que ustedes los españoles ven encarnado en sus reyes. Ciertamente, “hay un excesivo protagonismo” en el liderazgo que en estos momentos encarna el presidente Chávez, pues correctamente entendido, el socialismo sólo puede ser el resultado de la acción de los propios trabajadores que no pueden esperar su salvación de Dios, cesar o tribunos, sino de sí mismos. Pero, en honor a la justicia, debemos reconocer, que sin ese liderazgo, difícilmente se hubiese avanzado, tanto como se ha avanzado hasta ahora en Venezuela, en materia de reformas.

Asimismo, creemos que hay inmensas posibilidades de seguir avanzando en la profundización de las llamadas “políticas de Chávez”, hasta ahora implementadas en el limitado marco de la actual Constitución, que dado su carácter burgués, impide seguir avanzando a mayores pasos. De igual modo, creemos que el horizonte socialista que sirve de referente a este “Proceso”, sólo será alcanzable –con Chávez o sin él- mediante la radicalización de la democracia socialista (tal como la entendía Marx), no en su restricción, producto de la concentración del poder, o la degeneración personalista en la toma de decisiones.

Afortunadamente, algunas de las políticas que empiezan a implementarse (expropiación de empresas y entrega de las mismas al control de los trabajadores, creación de Comunas y entrega directa de los recursos para su administración por parte de las comunidades) parecen apuntar hacia la recuperación de la idea de la autoadministración y autogestión de las masas. Pero, como bien lo ha demostrado la historia, cuanto más se amplíe el área de estas formas de democracia directa, tanto más se ampliará y se volverá irreconciliable el conflicto con las instituciones representativas del Estado-democrático-burgués aún vigente en Venezuela.

En este sentido, creemos que pensar como creen algunos sectores en nuestro país, de que es posible “transformar” gradualmente la sociedad burguesa sin tener que derribarla, que el Estado podría eliminar progresivamente las leyes del desarrollo del capitalismo sin expropiación del capital, o que esta “transformación” no sería posible más que con el “consentimiento” de los empresarios, o por lo menos de importantes sectores de ellos; o bien es un espejismo, o bien es un mito propagado deliberadamente para mantener engañadas a las masas.

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