Aún resuenan en Salamanca aquellas inmortales palabras de Unamuno – Vencereis pero no convencereis – pero sus destinatarios no llevan uniforme sino por el contrario – en la teoría, como se ve- surgen de la voluntad popular a la que luego ninguinean, o desalojan como es el caso, policía municipal mediante. En el pleno municipal de Salamanaca se presentaron los vecinos para protestar por un alzamiento de impuestos que nadie les consultó. Su voz fue simplemente desalojada.
Las habituales subidas salarias de alcaldes y concejales recién apoltronados es una costumbre que aunque indignante se soporta con la lejanía cínica de saber que por lo menos ese dinero no saldrá directamente del bolsillo del contribuyente -del que sale todo, como la chistera del mago-. El inri a la ciudadanía es decretar una subida de impuestos en su favor, en una especie de despotismo ilustrado, aunque sin lustre y a la cara de la modernidad. No tendría sentido tal valentía si a la hora de protestar hubiera habido consideraciones con los protestones: arrastrados por el suelo consistorial y expulsados por la policia municipal, que para algo también verá subido su salario.
Un Ayuntamiento contra sus habitantes
Publicado en: Políticas Municipales
Publicado: 01/01/2008
Re: Un Ayuntamiento contra sus habitantes
Urge una reforma constitucional que incluya que los presupuestos puedan ser vetados por la ciudadanía y que las decisiones que afecten directamente a los impuestos – todas lo son al fín y al cabo -, puedan ser rechazadas por los contribuyentes sin la necesidad de que éstos negocien con lso diferentes partidos. La ciudadanía, a la que se exige pagar más o mucho más tiene el derecho de decir NO… o SI.
Re: Un Ayuntamiento contra sus habitantes
La crisis democrática que vivimos tien su máxima expresión en la arbitrariedad municipal, donde tan frecuentes son los reinos de Taifas o los Chigagos años veinte. El ejemplo guatequero de la capital de España asombra por su magnitud, pero a uno le entra una sensación estupefaciente al comprobar la amplitud en el tiempo de tal situación. Hay Ayuntamientos que deciden cuadrar cuentas anticipando el cobro de la contribución que además incorpora un aumento modélico superior al IPC. Otra regla muy extendida es la recaudación encubierta a través de la caza diaria de ciudadanos infractores en las horas de estacionamiento – obligando a cada ciudadano a pagar un ticket por más tiempo para evitar la multa del vigilante que no dejará perder ni un minuto de margen. En definitiva, el contribuyente, además de sostener con sus impuestos todo el entramado logístico de la organización municipal, se ve día a día conminado a pagar la multa por disfrutarlo con holgura de tiempo.
El caso del Ayuntamiento de Salamanca. Desde el 18 de noviembre se han congregado en la Plaza Mayor salmantina, en tres concentraciones diferentes, 15.000, 20.000 y 10.000 personas para pedir la dimisión del alcalde y criticar sus modales. El vaso que colmó la paciencia vecinal fue la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles en una media de 45 euros, además de subir también los servicios de transporte y recogida de basuras.
Pero la oposición denuncia que el Ayuntamiento salmantino perdía millones de euros por no reclamar a diversos constructores el dinero correspondiente a unas transferencias urbanísticas en la capital [el anterior Plan General de Ordenación Urbana permitía transferir de un solar a otro la edificabilidad para poder aumentar así la superficie construible. A cambio, el promotor tenía que entregar al Ayuntamiento los terrenos sin edificabilidad]. Entre los beneficiados por esta condonación de deuda estaba un amigo del alcalde, que además le había cedido al alcalde un chalé en Marbella (Málaga) para que disfrutara de sus veraneos (1).
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(1) Público, 2/01/08